Es el centro del caribe, su capital. Cuba es la entrada de América central. En boca de todos los telediarios y base de toda revolución, Cuba se ha forjado de desgracias y ha crecido entre guerras. Ellos son parte de esto, los hace fuertes, mucho. Esto quizá es lo que nos atrapa. ¿Es verdad que viven así? ¿Puede el comunismo marcar tanto un país y dejarlo perecer al mismo tiempo que lo mantiene en pie? Hay que verlo, hay que vivirlo, hay que hablar con ellos.
Basta con un simple paseo por las calles de La Habana, entre casas coloniales de los 50, para capturar su estilo de vida. Un destacado nivel cultural, que te hace olvidar el entorno atrofiado que te rodea. Casas destrozadas, no hay dinero para arreglar o hay que esperar mucho tiempo para ahorrar lo suficiente, coches antiguos que van perdiendo piezas tras los baches de las pobremente asfaltadas calles, falta de luces, de tiendas, de vida. O no. Basta un simple paseo, para olvidar todo esto, para absorber la vida que refractan los cubanos. No hay pobreza, todo lo que podrás encontrar con una mirada virgen, es una gran fortuna. Bienestar espiritual, fiel, sensible. No hay dinero para vivir, pero hay vida para pagar al tiempo. Es un debate infinito, comunismo vs capitalismo.
Aunque tengas tu opinion formada, libérala y habla con ellos. Hay visiones sorprendentes, nuevas formas de ver las cosas, derrumbes de sinceridad. Amor-odio infinito.
Parte de su cultura, cómo no, es la música. Vayas donde vayas, vas a encontrarla. Con el punto guajiro como género base, la música suena incansable, los músicos inalterables, en la calles, en las plazas, en los bares y restaurantes, en las playas. El son cubano podrá con tu alma y con tus caderas. No te reprimas, baila.
Otro punto importante de la isla son su playas. Recoge por el camino a cualquier familia cubana que encuentres con ganas de llegar a sus cristalinas aguas. Su forma de transporte es ésta, cooperación entre conductores, eso sí, tú no necesitas los pesos que suelen pagar por el trayecto. Y descansa, bucea, expulsa tus aires capitalistas y disfruta del descanso eterno que aportan sus playas.
No hablamos de los cayos dueños de complejos, no aportan nada a la isla, ni al visitante. Piérdete por las miles de playas que encontraras en cualquier carretera alrededor de la isla. Desde las playas de Bahía Cochinos, que observaron inmóviles invasiones militares, hasta cayos como Jutías, Coco, Saetía que disfrutan de largas playas de arena y vida incansable. Todas tienen algo, todas tienen alguien.
Algo que se habla poco de Cuba es su naturaleza. En la zona de Viñales, rodeada de campos de tabaco y verdes intensos, emergen cientos de mogotes, pequeñas montañas características, vistas solo en países como China o Malasia. Varios parques nacionales, muchas cascadas y grandes cuevas con pequeños lagos ocultos donde poder bañarse, hacen de la cuba natural un gran lugar a explorar.
La arquitectura cubana muestra la mezcla, variada y marcada por diferentes periodos, fuertes y castillos españoles, casas coloniales remarcando la influencia de quien conquisto tierras ajenas. Y el eclecticismo que trajo la República de 1902, creando grandes iconos cubanos como el Capitolio o el gran Teatro de La Habana.
Disfrute pues de los colores apagados por el tiempo, del ron, de los paseos sin rumbo por el malecón, del arte, del cine, del teatro. Absorba los aires caribeños y deje atrás todo. Y deje algo.
